(Bermersheim, 1098 – Bingen, 1179)
En su obra Physica, demostró las propiedades del cannabis contra el dolor. También es patrona de la Naturopatía.
Gracias a sus famosas dotes de mística, el Papa toleró sus revolucionarias ideas porque creyó que sus obras no podían provenir de una mujer sino del Todopoderoso. Pese a ello Hildegard protagonizó numerosos conflictos con la jerarquía eclesiástica.
Por haber protegido a excomulgados se le castigó con lo que más le dolía, la prohibición de música en el monasterio que ella regentaba. Movió cielo y tierra contra tal injusticia y se salió con la suya, como casi siempre.
Murió cuando por otro castigo la separaron de su novia. Única batalla ésta que no pudo ganar a la jerarquía eclesiástica.
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